El Miriñaque o Crinolina

Fashion History
El Miriñaque o Crinolina
Chirstian Dior llamo su primera colección Corolle en inspiración a las coronas de la flores, pura exudación femenina

De tiempos inmemorables - segunda mitad del siglo XVI, de hecho- la rigidez de las figuras era estética  más admirada y seguida debido a su exaltación de los arquetipos del hombre y la mujer, delimitados por artistas y pensadores de sus épocas.

Esta característica del ropaje era incluso más pronunciada en las mujeres, pues el estereotipo de la mujer renacentista era la de una figura voluptuosa.

La “pieza del estómago”, que constituía el delantero cuerpo, iba endurecida con armazones, con frecuencia de madera y, por lo tanto rígidos. La falda se abultaba mediante el “verdugado”. De origen español, el verdugado es una falda rígida de forma acampanada, sobre la cual se han cosido aros elaborados a base de ramas flexibles de un arbusto que da origen a su nombre -el verdugo- con el fin de ensanchar la falda montada en la cintura sin ninguna arruga, lo cual acentúa la finura del busto.


Etimología.
Hablando de los términos con el que denominamos los agentes de la moda a dicha pieza de vestir en el continente latino americano es el “miriñaque”; pero como nuestra lengua es tan rica, que de un solo objeto tenemos innumerables nombres y sustantivos; que con este artificio del vestir no cabe excepción.

El miriñaque para uno, la crinolina para otros, el verdugado para los españoles, el panier para los franceses, el armador para los venezolanos. Cada uno tiene un origen, pero a pesar de todo al buscarlo en la Real Academia Española, os descubriréis que sus orígenes son “inciertos”.

Del verdugado ya sabemos el origen, en cuanto al miriñaque su origen parece que se lo debemos a  Eugenia de Montijo (imagen de la derecha), Condesa de Teba; quien trasladó esta tendencia de Inglaterra a España, denominándolo con dicho sustantivo. De la crinolina podemos decir que se debe a su constitución durante el siglo XIX, cuando fue originariamente una tela rígida con una trama de crin y una urdimbre de algodón o de lino. Mientras que el panier (Imagen de Abajo) que significa canasta, cesto; debido a que entonces la usanza en la corte francesa modifico las formas del armazón para ubicarlo a los costados.


Evolución
Al pasar de los siglos y al cambio de las expresiones culturales, la crinolina paso por distintos permutas, que como antes mencionamos, modificaron sus líneas.

A pesar de su casi desvanecimiento durante u siglo, el miriñaque retorno hacia 1717-18, a través de Inglaterra (luego de in período en desuso). En Francia no tuvieron aceptación hasta 1730. Los aros eran de caña, junco, retenidos por cintas, formando una especie de cestos. El armazón estaba revestido de tafetán o brocado.

El aro al principio tenía forma de embudo, pero desde los años 30 al 40, se hizo más ancho en los costados y más chato adelante y atrás. Hacia mitad del siglo XVIII, se fue modificando y se dividió en dos mitades, a derecha y a izquierda de la falda. Los armazones extremadamente amplios, sobre los cuales podían descansar los codos, se llamaron “armazones de codo”, y los muy pequeños usados por la mañana o para entrecasa, se llamaron “consideraciones”.

Alrededor de 1850, una situación generalizada de prosperidad en la economía europea, impulsó una mayor complicación en el vestido; las faldas fueron agrandándose, efecto que se consiguió, en un principio, incrementando el número de enaguas que se colocaban por debajo de la falda. La incomodidad y el peso generado por estas enaguas, llevaron a que se diseñara la crinolina en 1856. La gran impulsora y difusora en Europa de la crinolina fue la emperatriz Eugenia de Montijo (Imagen de la Izquierda), durante el Segundo Imperio francés; desde allí se introdujo en España, coincidiendo con el reinado de Isabel II. Para evitar mostrar las piernas por accidentes de viento, las mujeres solían llevar por debajo unos pantalones que llegaban hasta los tobillos, normalmente acabados en encaje, que en ocasiones asomaban por debajo de la falda, en señal de elegancia.

En los últimos años de la década de 1850, el tamaño de las faldas se desmesuró tanto con el uso del miriñaque que impedía a dos mujeres entrar juntas en una habitación o sentarse en un mismo sofá, ya que los volantes de las faldas lo evitaban. A mediados de 1860, el miriñaque evolucionó, dejando la parte delantera de la falda de forma recta, acumulando la crinolina en la parte de la espalda, convirtiéndose en media crinolina; denominada entonces “polisón” (Imagen de arriba).

Y por último, vemos su renovación el 1947 cuando diseñador Christian Dior nos presenta una innovadora colección para aquel entonces que llamó “Corolle “; pero más conocido como New Look Dior por la revista norteamericana Harper's Bazaar.

Exuberancia femenina, en inspiración a las flores, como Dior, la corola de las faldas.






Fuentes: Historiadeltraje.wordpress.com, Wikipedia.org y Palermo.edu
De: LB
@LidROgue

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